kGn. 24:22, 47; Isa. 3:19; Ezq. 23:42
lGn. 41:42; Prv. 1:9
nIsa. 28:5; Jer. 13:18; Ezq. 16:14
oSal. 45:13, 14; Ezq. 16:17
p1Sam. 10:1; 1Rey. 4:21
acPrv. 9:14
adJer. 7:18, 19; Ezq. 8:17
aeIsa. 9:12; Ezq. 16:57
aoEzq. 23:45
atEzq. 23:48
avIsa. 40:1, 2; 54:9, 10; Ezq. 39:29
awSal. 78:42; 106:13; Ezq. 16:22
azEzq. 23:2
bbJer. 3:8-11; Ezq. 23:4
be1Rey. 16:31
btEzq. 23:49
buIsa. 24:5; Ezq. 17:19
bwJer. 50:4, 5; Ezq. 6:9

Ezekiel 16

Capítulo 16

Orígenes de Jerusalén

1Entonces vino a mí la palabra del Señor: 2«Hijo de hombre, haz saber a Jerusalén sus abominaciones a, 3y di: “Así dice el Señor Dios a Jerusalén: ‘Por tu origen y tu nacimiento eres de la tierra del cananeo, tu padre era amorreo y tu madre hitita. 4’En cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu cordón umbilical, ni fuiste lavada con agua para limpiarte; no fuiste frotada con sal, ni envuelta en pañales b. 5’Ningún ojo se apiadó de ti para hacer por ti alguna de estas cosas, para compadecerse de ti; sino que fuiste echada al campo abierto c, porque fuiste aborrecida el día en que naciste.

6’Yo pasé junto a ti y te vi revolcándote en tu sangre. Mientras estabas en tu sangre, te dije: “¡Vive!”. Sí, te dije, mientras estabas en tu sangre: “¡Vive!”. 7’Te hice tan numerosa como la hierba del campo d. Y creciste, te hiciste grande y llegaste a la plenitud de tu hermosura. Se formaron tus pechos y creció tu pelo, pero estabas desnuda y descubierta. 8’Entonces pasé junto a ti y te vi, y tu tiempo era tiempo de amores e; extendí Mi manto sobre ti f y cubrí tu desnudez. Te hice juramento y entré en pacto contigo g, y fuiste Mía h’, declara el Señor Dios. 9‘Te lavé con agua, te limpié la sangre y te ungí con aceite i. 10’Te vestí con tela bordada y puse en tus pies sandalias de piel de marsopa; te envolví con lino fino y te cubrí con seda j. 11’Te engalané con adornos, puse brazaletes en tus manos y un collar k a tu cuello l. 12’Puse un anillo en tu nariz m, pendientes en tus orejas y una hermosa corona en tu cabeza n. 13’Estabas adornada con oro y plata, y tu vestido era de lino fino, seda y tela bordada o. Comías flor de harina, miel y aceite; eras hermosa en extremo y llegaste a la realeza p. 14’Entonces tu fama se divulgó entre las naciones q por tu hermosura, que era perfecta, gracias al esplendor que Yo puse en ti’, declara el Señor Dios r.

Infidelidad de Jerusalén

15‘Pero tú confiaste en tu hermosura, te prostituiste a causa de tu fama y derramaste tus prostituciones a todo el que pasaba s, fuera quien fuera t. 16’Tomaste algunos de tus vestidos y te hiciste lugares altos de varios colores, y te prostituiste en ellos, cosa que nunca debiera haber sucedido ni jamás sucederá. 17’Tomaste también tus bellas joyas u de oro y de plata que Yo te había dado, y te hiciste imágenes de hombres para prostituirte con ellas. 18’Tomaste tu tela bordada y las cubriste, y ofreciste ante ellas Mi aceite y Mi incienso. 19’También te di Mi pan, la flor de harina, el aceite y la miel con que Yo te alimentaba, y lo ofrecías v ante ellas como aroma agradable. Así sucedió’, declara el Señor Dios. 20‘Tomaste además a tus hijos y a tus hijas que habías dado a luz para Mí w, y se los sacrificaste como alimento x. ¿Acaso eran poca cosa tus prostituciones, 21para que mataras a Mis hijos y y se los ofrecieras a los ídolos, haciéndolos pasar por fuego z? 22’Y en todas tus abominaciones y prostituciones no te acordaste de los días de tu juventud aa, cuando estabas desnuda y descubierta y revolcándote en tu sangre.

23’Y después de toda tu maldad (“¡Ay, ay de ti!”, declara el Señor Dios), 24te edificaste un santuario y te hiciste un lugar alto ab en todas las plazas. 25’En toda cabecera de camino ac te edificaste tu lugar alto, e hiciste abominable tu hermosura. Te entregaste a todo el que pasaba y multiplicaste tu prostitución. 26’También te prostituiste a los egipcios, tus vecinos de cuerpos robustos, y multiplicaste tu prostitución para provocarme a ira ad. 27’Y Yo extendí Mi mano contra ti y disminuí tus raciones. Y te entregué al deseo de las que te odiaban, las hijas de los filisteos, que se avergonzaban de tu conducta deshonesta ae. 28’Además, te prostituiste a los asirios porque no te habías saciado; te prostituiste a ellos y ni aun entonces te saciaste af. 29’También multiplicaste tu prostitución en la tierra de los mercaderes, Caldea, y ni aun con esto te saciaste’”».

30«¡Qué débil es tu corazón», declara el Señor Dios, «cuando haces todas estas cosas ag, las acciones de una ramera desvergonzada ah! 31»Cuando edificaste tu santuario en toda cabecera de camino y te hiciste tu lugar alto en cada plaza, al despreciar la paga ai, no eras como la ramera. 32»¡Mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a extraños! 33»A todas las rameras les dan regalos, pero tú dabas regalos a todos tus amantes y los sobornabas para que vinieran a ti de todas partes para tus prostituciones aj. 34»En tus prostituciones eras distinta de las otras mujeres: nadie te solicitaba para fornicar; tú dabas la paga, pero a ti ninguna paga se te daba. Eras distinta».

35Por tanto, ramera, oye la palabra del Señor. 36Así dice el Señor Dios: «Por cuanto fue derramada tu lascivia y descubierta tu desnudez en tus prostituciones con tus amantes y con todos tus detestables ídolos, y a causa de la sangre de tus hijos que les ofreciste ak, 37por tanto, Yo reuniré a todos tus amantes con quienes te gozaste, a todos los que amaste al y a todos los que aborreciste; los reuniré de todas partes contra ti, descubriré tu desnudez am ante ellos y ellos verán toda tu desnudez an. 38»Te juzgaré como son juzgadas las adúlteras y las que derraman sangre ao, y traeré sobre ti sangre de furor y de celos ap. 39»También te entregaré en manos de tus amantes y ellos derribarán tus santuarios, destruirán tus lugares altos, te despojarán de tus vestidos, te quitarán tus bellas joyas aq y te dejarán desnuda y descubierta. 40»Provocarán contra ti a una multitud, y te apedrearán y te harán pedazos con sus espadas ar. 41»Prenderán fuego a tus casas as y ejecutarán juicios contra ti a la vista de muchas mujeres at. Entonces haré que dejes de ser ramera y no darás más paga a tus amantes. 42»Desahogaré Mi furor en ti; Mis celos se apartarán de ti, me apaciguaré au y no me enojaré más av. 43»Por cuanto no te has acordado de los días de tu juventud aw, sino que me has irritado con todas estas cosas, también Yo haré recaer tu conducta sobre tu cabeza», declara el Señor Dios, «para que no cometas esta lascivia con todas tus otras abominaciones ax».

Jerusalén comparada con Sodoma y Samaria

44«Todo aquel que cita proverbios repetirá este proverbio acerca de ti ay: “De tal madre, tal hija”. 45»Eres hija de tu madre az que aborreció a su marido y a sus hijos ba, y hermana de tus hermanas que aborrecieron a sus maridos y a sus hijos. Su madre era hitita y su padre amorreo. 46»Tu hermana mayor es Samaria bb que con sus hijas
I.e. sus aldeas.
habita al norte de ti, y tu hermana menor es Sodoma que habita al sur de ti con sus hijas bd.
47»Pero no solo has andado en sus caminos y has hecho según sus abominaciones be, sino que, como si eso fuera muy poco, te has corrompido más que ellas en todos tus caminos bf.

48»Vivo Yo», declara el Señor Dios, «que tu hermana Sodoma bg y sus hijas no han hecho como tú y tus hijas han hecho. 49»Pues esta fue la iniquidad de tu hermana Sodoma: arrogancia bh, abundancia de pan bi y completa ociosidad bj tuvieron ella y sus hijas; pero no ayudaron al pobre ni al necesitado bk, 50y se enorgullecieron y cometieron abominaciones delante de Mí bl. Y cuando lo vi, las hice desaparecer bm. 51»Ni aún Samaria ha cometido ni la mitad de tus pecados, pues tú has multiplicado tus abominaciones más que ellas, y has hecho aparecer justas a tus hermanas con todas las abominaciones que has cometido bn. 52»También tú, carga con tu ignominia ya que has hecho que se hagan juicios favorables de tus hermanas. A causa de tus pecados, en los que obraste en forma más abominable que ellas, ellas son más justas que tú. Tú pues, avergüénzate también y carga con tu ignominia, ya que hiciste que tus hermanas parecieran justas bo.

53»Y cambiaré su suerte, la suerte de Sodoma y de sus hijas, la suerte de Samaria y de sus hijas, y junto con ellas, tu propia suerte, 54para que cargues con tu humillación y te avergüences de todo lo que has hecho bp cuando seas consuelo para ellas bq. 55»Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán a su estado anterior; también tú y tus hijas volverán a su estado anterior. 56»El nombre de tu hermana Sodoma no era mencionado en tu boca el día de tu soberbia, 57antes que fuera descubierta tu maldad br. Como ella, tú has venido a ser el oprobio de las hijas de Edom, de todas sus vecinas y de las hijas de los filisteos que te desprecian por todos lados bs. 58»Llevas sobre ti el castigo de tu lascivia y de tus abominaciones», declara el Señor bt. 59Porque así dice el Señor Dios: «Yo haré contigo como has hecho tú, que has despreciado el juramento violando el pacto bu.

60»Sin embargo, Yo recordaré Mi pacto contigo en los días de tu juventud, y estableceré para ti un pacto eterno bv. 61»Entonces te acordarás de tus caminos y te avergonzarás cuando recibas a tus hermanas, las mayores que tú y las menores que tú; y te las daré por hijas, pero no por causa de tu pacto bw. 62»Estableceré Mi pacto contigo bx; y sabrás que Yo soy el Señor by; 63para que recuerdes y te avergüences bz, y nunca más abras la boca ca a causa de tu humillación, cuando Yo te haya perdonado por todo lo que has hecho cb», declara el Señor Dios.
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